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La Reforma Judicial por Mariano Cuneo Libarona.

En la video conferencia organizada por Bloque Constitucional @BloqueConst el Dr Mariano Cuneo Libarona expuso su opinión acerca de cuáles son los fines de la Reforma Judicial cuyo proyecto se encuentra actualmente en el Congreso. En esta exposición se plantea varios interrogantes tales como ¿ es necesaria la reforma judicial? ¿ es oportuna? ¿es una reforma de fondo? ¿ responde a las necesidades de la justicia o sólo se trata de crear nuevos juzgados?







¿Cuál es la situación actual de la justicia? ¿existe una crisis en el sistema judicial? Entiendo que si, que la justicia está mal, está politizada, es ineficaz tanto para la víctima como para el imputado, es lenta y no goza de confianza, entonces es necesaria una reforma, ya que hay una crisis. La segunda pregunta es ¿ el justiciable quiere un cambio?, en otros términos ¿exige una justicia mejor? Aquí tampoco existen dudas, las calificaciones que ha oído últimamente es que el sistema es malo, es pésimo, y este es un sentimiento general, el cual también comparte la prensa que siempre es crítica, como así también los operadores en lo que están incluidos los abogados, justiciables, jueces, fiscales, todos claman por un cambio. ¿Ahora es momento hoy para apuntar a una reforma judicial? En realidad no existe tanta urgencia actualmente para enfocar este tema, en este contexto hay otras prioridades, problemas relacionados con la salud, economía, deuda, generación de empleo, seguridad, a los que habría que atender prioritariamente, es decir que si bien existe una crisis del sistema judicial, este no es el momento apropiado para abordarla. Esta reforma ya de entrada ha sido cuestionada, no hubo consenso político ni jurídico, no existió diálogo, está politizada, prevé la creación de un Consejo Asesor que es ampliamente criticado, y que se creó por un Decreto de necesidad y urgencia, tampoco esta reforma cuenta con especialistas de derecho penal en materia judicial, integrantes de la Cámara de Casación, integrantes hasta de la Corte, pero adquiere según mi criterio un tinte demasiado político, existen muchos personajes parcializados. ¿En qué consiste, especialmente en materia penal esta reforma.?, Convengamos que tal como está planteada no responde a la idea original de Gustavo Beliz, sino que es el resultado de distintas fuerzas de varios sectores diferentes del propio estado gobernante.

Veamos en un recorrido breve lo que plantea la reforma, partamos de los juzgadores federales de Comodoro Py , hay doce juzgados de los cuales nueve tienen jueces, hay tres juzgados que están vacantes, a estos se le suman once en lo penal económico lo que hace un total de veintitrés juzgados, a su vez se dividen las cuarenta y seis secretarías en una por cada juzgado, es decir, cada juzgado nuevo queda con una sola secretaría. Por otra parte la Cámara Federal de dos salas pasa a tener cuatro con las dos de Penal Económico.


¿ Qué se pretende lograr con esto? Si nos atenemos a la palabra del presidente el motivo que lleva a realizar esta reforma es lograr que no exista un poder tan concentrado en los 12 jueces actuales, en otras palabras que no exista tanta concentración de causas, de las cuáles algunas cobran especial relevancia en materia institucional y mediática, entonces el objetivo de esta reforma, según el gobierno, es disolver el poder de los jueces. ¿ Y se logra tal como está planteada la reforma este objetivo? La respuesta es no, ya que según la redacción del proyecto la reforma no lograría quitarle el poder a los jueces, lo único que cambia es que en vez de recaer en 12 jueces las causas quedarán repartidas en 46, la única diferencia entonces con la actual conformación de los juzgados es el número de juzgados. El mayor peligro de esta ampliación es que da un inmenso poder en la designación de los jueces. Tengamos en cuenta que va a haber 26 vacantes nuevas, más tres actuales del Juzgado 6, 11 y 12 y dos de la Cámara Federal, a lo que se suma otras 2 de lo penal económico, lo que hace que se produzca la designación de 33 jueces sobre 46, esto muestra claramente que esta reforma no se propone diluir el poder sino que claramente apunta a la designación de los jueces. Es más, se crean 5 juzgados federales, más las fiscalías y 132 jueces federales en el interior del país. En resumen según resulta de la suma de todos los cargos se designarán 216 jueces y 107 fiscales. Pero existe algo que no han tenido en cuenta, y es que la reforma apunta a la creación de mayor cantidad de juzgados pero no contempla la ampliación de la Cámara Federal la que verá aumentada su tarea por la ampliación de juzgados.

Otro tema que no se ha contemplado es el relativo a la “formación de los jueces” sin duda la misma comienza con una carrera judicial y continúa con la trayectoria en el ámbito tribunalicio t y aquí va a haber más de 320 funcionarios los cuáles, por lo menos existe la duda, de si tendrán la capacidad y la carrera necesaria como para poder ejercer el cargo de juez, es decir que van a nombrar un montón de jueces que no se sabe si están en condiciones como para ocupar el cargo.

Ahora desde el punto de vista del servicio de justicia, nos podemos preguntar ¿esta reforma implica un mejor servicio de justicia? Es indudable que no, la experiencia nos dice que el hecho de crear juzgados no ha producido ningún cambio, entonces ¿qué garantiza que estos nuevos jueces sean buenos y mejores? No existe ninguna garantía. Otro punto es que con esta unificación los jueces penales tendrán a su cargo, además de los delitos que ya de por si poseían, los derivados del contrabando, drogas, delitos en lo penal tributario , por lo que al contrario de lo que se proponen en esta reforma, los jueces van a tener una mayor poder ya que se amplia el espectro de delitos que tenían al día de hoy y rompen a su vez con la especialización en lo penal económico y de la misma manera los jueces que entendían en lo penal económico tendrán que formarse en materia penal.

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Otro aspecto que habría que considerar es si esta reforma es de fondo, y evidentemente nos damos cuenta que no, que aquí no se altera el sistema jurídico, ni el régimen, no se crea un sistema más moderno y eficaz, el único propósito es crear más juzgados. No implica un cambio en el servicio de justicia, esto es, no da mayor seriedad, celeridad, independencia o tiende a modernizarla, se clama y se proclama que ese es el objetivo, pero el hecho de crear nuevos tribunales de ninguna manera asegura una justicia distinta, o más seria, ni implica mayor transparencia

Tampoco trae aparejado tal como lo anuncian una mayor independencia del poder judicial ya que la intromisión del poder político y otros factores puede estar latente de igual forma en los 12 o en los 46 juzgados

Por esto, a contrario sensu de lo que esta reforma supone como lo es la desconcentración del poder de los jueces se les da mucho más poder ya que los mismos no sólo van a tener la competencia que poseían sino que ahora se les van a sumar nuevas causas por la unificación de fueros.

El otro problema es el régimen de las subrogancias, la duda es acerca de que va a pasar hasta que designen los 23 jueces nuevos, más los que designen en la Cámara Federal y demás. Se parte de un plazo de un año prorrogable por medio año más, y aquí surge algo muy curioso ya que designan a la Cámara Ordinaria para que se encargue de las subrogancias de los jueces federales y soslayan la intervención de la Cámara Federal que es la que se supone que conoce a los jueces. ¿Porqué habrán recurrido a este sistema de designaciones? Algunas opiniones afirman que es porque la Cámara Ordinaria está integrada por muchos jueces que pertenecen a “Justicia Legítima”, pero a ciencia cierta no se sabe cuál es el motivo por el que dejan en la Cámara Ordinaria la decisión de un tema tan importante como es la designación de los jueces subrogantes.

También existe otra duda que tiene que ver con el espacio físico, es decir, a dónde van a instalar a los juzgados que se crean, en qué edificio, ¿van a estar en los mismos tribunales que existen hoy? Esto es preocupante dado que la capacidad edilicia actualmente ya es insuficiente.

Por otro lado también debemos referirnos al costo, según las cifras este rondaría entre los 4000 a 5000 millones de pesos, otros lo estiman en 12.000 millones de pesos por año. Lo que no es oportuno ya que hoy tenemos un país pobre y vamos a destinar una fortuna en una reforma de esta naturaleza, es decir, de resultado incierto. Si hacemos un análisis desde las experiencias anteriores, todos los resultados de las reformas que se hicieron de esta índole en países vecinos fracasaron. Chavez en el 2004, Correa en el Ecuador en el 2011, Evo Morales en Bolivia en el 2010, todas resultaron nefastas, a tal punto que Chávez terminó condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos por las irregularidades que se daban dentro de la justicia. Correa ahora está en Bélgica con orden de captura y una condena a 8 años de prisión, algo parecido pasó con Evo Morales quien tuvo que irse de Bolivia como consecuencia de la reforma y llegó a la Argentina desde dónde planteó sus recursos. Por eso cabe concluir que las reformas hechas de esta manera no funcionan. Si lo que se plantea en esta reforma es un cambio, habría que mirar al sistema inglés, el cuál no ha tenido reformas desde hace años y no obstante es confiable y transparente debido a la forma de selección de sus jueces, la misma no se hace en base a influencias políticas sino a su idoneidad,

Cuál es la solución entonces ante esta crisis que sin duda es necesario solucionar, esta no pasa por crear juzgados y designar más jueces, sino en incorporar jueces idóneos, honestos, con trayectoria, vocación de servicio, humildes, justos, con carrera, con experiencia, equilibrio emocional, valientes, es decir, que actúen sin mirar a la prensa y la política, con auténtica vocación de justicia, que no sean influenciables. Nosotros hemos tenido una justicia de estas características y no hace tanto tiempo, si nos detenemos en la formación de la Cámara de Crimen en los año 60 estaba compuesta de jueces que eran tratadistas, que ejercían la titularidad de la cátedras en distintas universidades, ya en el 70 y el 80 era otra Cámara, pero no obstante ejercían su cargo con denuedo y honestidad, en esas épocas era distinta la opinión social acerca de los magistrados, hoy es todo lo contrario, la justicia a partir de los años 90 ha sufrido un gran desprestigio y un inmenso descrédito.


Pero aún hoy existen muy buenos tribunales en el país, la Casación ordinaria, la Cámara de Crimen es destacable, varios juzgados de instrucción, varios tribunales orales que trabajan a destajo con gran eficacia. Ahora, cabe hacer una pregunta relativa a qué se necesita en la Justicia Federal para que sea más eficiente, hablamos de 18 personas, 12 jueces federales y 6 camaristas, por lo cual es incomprensible que no existan en nuestro país personas que sean idóneas, independientes y probas para ocupar estos cargos, también habría que pensar si los cuatro jueces que se desempeñan en la Cámara Federal reúnen o no estos requisitos. Entonces, cabe interrogarnos acerca de si necesitamos nombrar 46 jueces como lo plantea esta reforma. Considero que los políticos están equivocados al creer que por nombrar jueces amigos el día de mañana van a tener algún tipo de beneficio, la historia les va a demostrar que no es así, los jueces son amigos del poder, en otras palabras son amigos mientras dure este poder, en cambio el juez que respeta la ley va a ser siempre la mejor garantía para el político porque no existe mejor garantía que el respeto a la ley, la legalidad significa que será juzgado acorde a las leyes.


Otro de los grandes temas a abordar en relación con la reforma es el de la estructura, los edificios de tribunales están sobrecargados, en estas condiciones es imposible que soporte mayor cantidad de personal, además no cuenta con los recursos necesarios para su operatividad, como computadoras, scanner, medios para digitalizar los expedientes, lugar para el archivo de causas, en el Palacio hay pisos que están vencidos, no hay salas de audiencias para los juicios orales.

Esta reforma no sólo apunta a la justicia federal sino que encubre otra serie de cuestiones entre ellas la modificación de la Corte. La pregunta que debemos hacernos es si es necesario cambiar la Corte. Sabemos que la función de la Corte es el control de constitucionalidad, ¿es necesario aumentar el número de miembros?. Si recorremos su historia estuvo integrada en su momento por 7 miembros, luego 9 y esto no trajo aparejado ningún cambio. También es cuestionable la división en salas, esto es inconstitucional, ya que nuestra constitución habla de una Corte. Por otra parte no se entiende en base a qué parámetros se haría esta división, si sería por especialidad en distintas ramas del derecho. Entiendo que la especialización no es un motivo para la división de la Corte, la única especialización que cabría a sus miembros es en Derecho Constitucional.


Por otro lado también se ha hablado de la creación de un nuevo tribunal intermedio, ahora ¿què es lo que se intenta con la creación del mismo si ya existe la Casación?, pareciera que se trataría de un tribunal previo antes de llegar a la Corte, y aquí volvemos a lo que dice la Constitución, dado que la creación de este tribunal no está prevista en su texto.


Es decir a la Corte a mi criterio no habría que modificarla. Lo que si hay que regular es el recurso extraordinario, esto limitaría la cantidad de causas que ingresan a la Corte, no puede ser que la misma actúe como cuarta instancia, para eso está la Casación. En el año 2018 se dictaron 6.800 fallos, en el año 2019 fueron 7.900 fallos y 29.000 casos a resolver. Entonces no es el número de miembros los que hay que cambiar sino el alcance del recurso extraordinario que tendría que ser más limitado y con un plazo para resolver.


Otro tema es la Procuración, el procurador es clave, el ministerio público es un poder independiente que regula la política criminal del país, el procurador debe ser una persona ejemplar, estos puestos fueron ocupados por personalidades del derecho, como Soler, D´Alessio, Mario Justo López, y otros miembros de igual envergadura. Hoy cuestionan a Eduardo Casal al cual se intenta hacerle un juicio político por cuestiones disciplinarias ,convengamos que esta no es la vía adecuada, lo que habría que hacer es designar un procurador titular y que esta designación recaiga en una persona idónea e independiente.


También se prevé la creación de mayor cantidad de fiscalías con competencia especial. Anteriormente durante el gobierno de Kirchner se crearon varias fiscalías, entre ellas las especializadas en delitos económicos, también fiscalías ante los delitos relacionados con la droga, considero que actualmente no es necesario una mayor estructura, con las que existen actualmente alcanza para cubrir las necesidades en el ámbito del ministerio público fiscal.


Y existen más peligros dentro de este ataque judicial y uno de ellos es el relacionado con la remoción de los jueces, hay 38 jueces federales que están cuestionados, especialmente 10, y que son jueces de buen desempeño, cuyo traslado fue efectuado al mismo cargo y avalado por la Corte. Ahora estos jueces están siendo presionados para que renuncien.

También es necesario hablar de las vacantes en todos los fueros, no sólo en el federal, la justicia de instrucción tiene más del 20% de los jueces vacantes, los tribunales orales ordinarios el 30%, hay vacantes en lo penal económico, muchísimas en lo civil, el 30 % en comercial y se corre el riesgo de que se designen políticamente, como lo anticipé lo preocupante es la forma de la designación de jueces.

Por otra parte la ampliación de juzgados federales se contrapone con el sistema acusatorio. "Se proponen crear más jueces que fiscales; la ecuación debería ser inversa",


Lo que propongo como solución, ya que aquí está en juego el estado de derecho, es volver al origen, al momento del nacimiento de los poderes judiciales en el mundo, recordemos que estos surgen como una reacción a la ilustración, contra el depotismo y el autoritarismo. El poder judicial tiene que ser independiente del poder ejecutivo y legislativo, muy lejos de la política y que los jueces hagan respetar esa independencia. Carrara, penalista de Pisa, decía que, “cuando la política entra a los tribunales la justicia sale por la ventana”. El poder político ha avasallado al poder judicial y el poder judicial aún no reaccionó


Entonces el tema principal es el nombramiento de los jueces, también el consejo de la magistratura. Debería existir un proyecto como el que presentó el senador por Rio Negro Alberto Wernicke, en el que participen mayor cantidad de jueces, abogados, académicos, organizaciones no gubernamentales, universidades, con mayor poder científico.

Los jueces tienen que tener dedicación exclusiva, y esto es fundamental, como por otra parte lo son los plazos para los nombramientos y para los juicios políticos


Hace un año y medio terminé las notas para los tribunales orales federales las que fueron entregadas y todavía no se avanzó en ningún sentido, las vacantes no se encuentran cubiertas y continúan las subrogancias.


Otro tema es la duración de los juicios, es muy simple, el doble del delito, si un delito tiene 6 años y a los 12 no está terminado el juicio, el estado debería hacerse cargo de su propia inoperancia y dar por terminado los juicios. No es posible que los juicios terminen 22 años después. También es necesario que se avance en el estudio del Código Penal, en las reformas procesales, que existan sistemas de control a partir de la Superintendencia, que la Casación controle la forma de actuación de los jueces inferiores y que las Cámaras controlen la de los jueces, además es prioritario que el poder ejecutivo no se entrometa en la justicia. Si existen componendas entre el poder judicial y el ejecutivo que las denuncien.


Para concluir, creo que tenemos muy buenos jueces en general, es necesario volver a los jueces con sentimiento de derecho, probos,que den ejemplo y que lean, y los tenemos, solo es una cuestión de saber elegirlos, todo parte de pensar en la patria y no en los intereses personales

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